Las estadísticas conciernen a todos, porque somos todos los que acabaremos pagando la cuenta.

El verdadero costo

Por primera vez en la historia se está cuantificando el costo de la degradación de la biodiversidad.

La deforestación agrava el impacto devastador de las inundaciones.

Servicios naturales

La razón por la que el mundo está despertando al costo de la degradación es que hasta ahora, nadie tenía que pagar por ella.

Tanto empresas como individuos operaron durante mucho tiempo con la asunción de que los recursos eran infinitos, pero no lo son. Y sólo cuando se calcula cuánto cuesta protegerlos o reemplazarlos es que queda en claro cuán vitales son para la economía global.

En algunos casos, el vínculo es obvio. Por ejemplo, se requiere agua para los cultivos que nos alimentan. Y los peces proveen un sexto de la proteina consumida por la humanidad.

En otros casos, los nexos no saltan a simple vista. Los arrecifes son una barrera natural que protege a las costas ante tormentas devastadoras, las plantas proveen el material para medicamentos que salvan vidas y los insectos son los encargados de polinizar gran parte de los cultivos más productivos.

Las inundaciones de 1998 en China mataron más de cuatro mil personas, desplazaron a millones y causaron pérdidas estimadas en US$30.000 millones. El gobierno chino reconoció que el corte indiscriminado de árboles en las cinco décadas anteriores había reducido drásticamente la protección contra inundaciones y prohibió la tala en esa zona.

Pero no sólo serán las poblaciones más pobres las que sufrirán. Las empresas serán cada vez más afectadas, teniendo que reemplazar servicios que los ecosistemas tradicionalmente ofrecían sin costo o pagar nuevos impuestos para financiar la preservación del medio ambiente. Y a esto se suma el costo generado por los desastres naturales, cada vez más frecuentes.

costo de la actual degradación de los recursos naturales de la Tierra será pagado por todos, ambientalistas o no.